diumenge, 14 de setembre del 2014

Idilio.




 Como niños desnudos en invierno
Vienen juntos de algún lugar
Han aprendido que el mundo es eterno
Y ya no entienden la soledad

En un caballo llamado tiempo
Lo mejor del amor se va
Ya se va
Ya se va

Sueñan poemas de amor y niebla
Sueñan idilios en la penumbra

No hay ventanas ni puertas en los cuentos
Ni sacramento ni talismán
Han sacudido sus ángeles al viento
Y no volvieron a verse más

En un caballo llamado tiempo
Otro amor pronto volverá
Volverá
Volverá

Sueñan poemas de amor y niebla
Sueñan idilios en la penumbra

Sueñan poemas de amor y niebla
Sueñan idilios en la penumbra

Sueñan poemas de amor y niebla
Sueñan idilios en la penumbra


M.Naranjo

dimarts, 9 de setembre del 2014

La amistad de estrellas



Éramos amigos y nos hemos vuelto extraños. Pero está bien que sea así, y no queremos ocultarnos ni ofuscarnos como si tuviésemos que avergonzarnos de ello. Somos dos barcos y cada uno tiene su meta y su rumbo; bien podemos cruzarnos y celebrar juntos una fiesta, como lo hemos hecho - y los valerosos barcos estaban fondeados luego tan tranquilos en un puerto y bajo un sol que parecía como si hubiesen arribado ya a la meta y hubiesen tenido una meta. Pero la fuerza todopoderosa de nuestras tareas nos separó e impulsó luego hacia diferentes mares y regiones del sol, y tal vez nunca más nos veremos - tal vez nos volveremos a ver, pero no nos reconoceremos de muevo: ¡los diferentes mares y soles nos habrán trasformado! Que tengamos que ser extraños uno para el otro, es la ley que está sobre nosotros: ¡por eso mismo hemos de volvernos más dignos de estimación uno al otro! ¡Por eso mismo ha de volverse más sagrado el recuerdo de nuestra anterior amistad! Probablemente existe una enorme e invisible curva y órbita de estrellas, en la que puedan estar contenidos como pequeños tramos nuestros caminos y metas tan diferentes -¡elevémonos hacia ese pensamiento! Pero nuestra vida es demasiado corta y demasiado escaso el poder de nuestra visón, como para que pudiéramos ser algo más que amigos, en el sentido de aquella sublime posibilidad. Y es así como queremos creer en nuestra amistad de estrellas, aun cuando tuviéramos que ser enemigos en la tierra.

Nietzsche.