El eterno retorno.

¿Ha de ser siempre tachado de malo algo contra lo que hay que luchar, que ha de mantener bajo control o incluso ha de ser olvidado por completo en algunos casos? ¿No es cosa de almas mezquinas imaginarse siempre al enemigo como malo? ¡Y puede llamarse enemigo a Eros! En sí los sentimientos sexuales, como los compasivos y veneradores, tienen en común que con ellos un ser humano a través de su placer hace bien a otro. ¡No se hallan a menudo este tipo de acciones benéficas en la naturaleza! ¡Y precisamente desprestigiar una de estas acciones y pervertila con la mala conciencia! - Al final esta diabolización de Eros ha llevado a un desenlace de comedia: El diablo Eros resulta a los hombres más interesante que todos los ángeles y santos gracias a la hipocresía y al secreteo de la Iglesia en todos los asuntos eróticos: ha logrado que hasta nuestros días la historia de amor sea el único interés verdadero común a todos los círculos- en una exageración incomprensible para la Antigüedad, a la que un día seguirá el ridículo.-...- Quizás la posteridad opinará por eso que toda la herencia de la cultura cristiana tiene algo de mezquino y delirante.

                                                          Aurora, libro primero aforismo 76

Friedrich Nietzsche.                 

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Hoy voy a proponeros un ejercicio. Os voy a pedir que podáis, que podéis, ir mentalmente al siglo XIX, época en la que vivió nuestro autor, Nietzsche, y vayamos de plenos a la revolución de la Física moderna que se estaba produciendo en aquel entonces.

Imaginaos que Nietzsche, muy influído por la física de su tiempo se acerca a vosotros y os propone una teoría relacionada con este hecho, el eterno retorno.

"Imaginad por un momento q que el tiempo es infinito y que los átomos (la materia ) es finita, toda la conjugación de átomos posible sería inmensa, sin embargo, su cantidad de permutaciones conocería un fin. (Número de combinaciones de átomos posibles) por lo cual la conjugación actual de átomos volverá a producirse en algún momento de la infinidad."

¿Qué ocurriría si día y noche te persiguiese un demonio en la más solitaria de las soledades, diciéndote: "Esta vida, tal como al presente la vives, tal como la has vivido, tendrás que vivirla otra vez, y otras innumerables veces, y en ella nada habrá de nuevo; al contrario, cada dolor y cada alegría, cada pensamiento y cada suspiro, lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño de tu vida se reproducirán para ti, por el mismo orden y en la misma sucesión; también aquella araña y aquel rayo de luna, también este instante, también yo. El eterno reloj de arena de la existencia será vuelto de nuevo y con él tú, polvo del polvo?" ¿No te arrojarías al suelo rechinando los dientes y maldiciendo al demonio que así te hablaba? ¿O habrás vivido el prodigioso instante en que podrías contestarle: "¡Eres un Dios! ¡Jamás oí lenguaje más divino?" Si este pensamiento arraigare en ti, tal como eres, tal vez te transformaría, pero acaso te aniquilara: la pregunta, "¿Quieres que esto se repita una e innumerables veces?" ¡pesaría con formidable peso sobre tus actos, en todo y por todo! ¡Cuánto necesitarías amar entonces la vida y amarte a ti mismo para no desear otra cosa que esta suprema y eterna confirmación!

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Nietzsche aquí nos presenta uno de los grandes retos heredado de la percepción circular del tiempo de los clásicos. Si todas nuestras acciones fueran para siempre, si no hay excusa para un vida repugnante porque esperamos una salvación, entonces habría quién se tiraría de los pelos mas el que disfruta la vida y ama su dolor y su alegría ,y  por ende, ama su vida le encantará volver a vivirla. Aquí Nietzsche nos propone algo más allá de una teoría científica, que sería una metáfora más que una teoría en sí. Nos propone que hagamos de nuestra vida algo lleno de aventuras, que sólo tenemos una y es para siempre. Se ha de acabar con la obediencia que nos hace infelices, tenemos la obligación de disfrutar de nuestra vida, hacer que vivirla sea fantástico.